El Viernes de Dolores de 2022 será recordado por los vecinos de manera muy especial. Tras dos años sin pisar la calle, el Cristo de la Vera Cruz se volvía a reencontrar con los tomareños.

Desde primera hora de la tarde, ya se podía palpar el ambiente especial que rodea a los días extraordinarios. Una expectación que fue creciendo a medida que transcurría la tarde y que llegó a su punto máximo a las ocho y media, cuando la Parroquia de Nuestra Señora de Belén abría sus puertas para que asomara, por fin, la Cruz de Guía.

La emoción era mucha y, más, cuando el Cristo de la Vera Cruz salió portado a hombros en sus nuevas andas, una salida tan esperada que, de un plumazo, hizo olvidar los dos larguísimos años que llevaban los vecinos sin ver al Señor en la calle y que anunciaba que ahora sí, la normalidad empieza a llegar a nuestra vidas con la vuelta de la Semana Santa a la calle.

El Viacrucis, que estuvo presidido por el Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental, Francisco Bermúdez, el alcalde de Tomares, José María Soriano, y la Hermana Mayor de la Hermandad del Rocío, Rosario Torres, estuvo en todo momento acompañado por una muy apropiada música de cámara, que invitaba al recogimiento, y numerosos vecinos y miembros de la Corporación Municipal que realizaron todas las estaciones de penitencia.

Pasada las diez y media de la noche se vivía uno de los momentos más emocionantes de la jornada. Ya en su templo, ante un respetuoso silencio, los hermanos subían con mimo al Cristo a su paso para que este Jueves Santo se viva un día muy muy ansiado por todos, el reencuentro de Tomares con la estación de penitencia de su Hermandad Sacramental.