ALFONSO VALERO

Nace en Sevilla en 1958, en una barriada de Camas, La Pañoleta, de una familia llana y amplia. Observador de la diversidad. Amante de la vida en todos sus aspectos. Fue creando ARTE en su profesión aun sin ser consciente de ello,  todo tenía que ser exquisito, perfecto, hermoso. Tras una enfermedad que lo fue alejando de su trabajo, se refugió en la pintura, su gran pasión, y a través de ello, logró expresar emociones y sentimientos ocultos que afloran por sus pinceles, siendo su forma de aceptar y proponer su realidad, su entorno, y los cambios que la vida te propone.

"El mundo onírico que  Alfonso transporta al pincel, tiene la inmediatez del que ha vivido mucho a través de las emociones, del que ha sentido en toda la amplitud de la palabra SENTIR", según la pintora María del Río Lameyer.

PEPE FERNÁNDEZ

“Siempre me gustó dibujar. He dibujado a lápiz, carboncillo, oleo… incluso mi carrera, arquitectura, está relacionada con el dibujo. Supongo que es la herencia que me dio mi padre”, explica Pepe Fernández.

“Más tarde, hace ya cuatro años, y gracias a la profesora de nuestro taller, María del Rio, descubrí la acuarela. Y a su paciencia. Esta se ha convertido en mi pasión, he encontrado un medio para expresarme accesible para mi. Nunca vendí un cuadro. Siempre he regalado mi pintura. Supongo que ha sido mi  forma de mostrar mi cariño y agradecimiento hacia las personas que me rodean. Gracias, María, por haberme dado esta herramienta. Quiero agradecer también a mis compañeros del taller la inestimable ayuda que me han prestado. Todos han hecho posible que esta exposición pudiera tener lugar. Cada obra representa parte de mi vida   Y creo que parte de mi ha quedado en ellas”.

“Desde que conozco a Pepe no se ya si hay alguien que represente mejor que él la delicadeza, la suavidad, la dulzura y la exquisitez de la acuarela que yo siempre ansié hacer”, destaca de Pepe Fernández la pintora María del Río Lameyer”.