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PALOMA SÁNCHEZ-GARNICA: “LA GRANDEZA DE LA LITERATURA ES QUE NOS EXPLICA LA HISTORIA A TRAVÉS DE LA INTRAHISTORIA, A TRAVÉS DE LAS HISTORIAS PEQUEÑAS DE LA GENTE CORRIENTE”

PALOMA SÁNCHEZ-GARNICA: “LA GRANDEZA DE LA LITERATURA ES QUE NOS EXPLICA LA HISTORIA A TRAVÉS DE LA INTRAHISTORIA, A TRAVÉS DE LAS HISTORIAS PEQUEÑAS DE LA GENTE CORRIENTE”

La Finalista del Premio Planeta 2021 ha sido la encargada de poner el broche a la jornada de este sábado, 19 de Marzo, penúltimo día de la 13ª Feria del Libro de Tomares, en la que ha presentado la novela que le ha hecho merecedora de este galardón, Últimos días en Berlín, jornada que ha registrado un gran lleno de público durante todo el día

Si ayer viernes, 19 de marzo, el Premio Planeta 2021, Carmen Mola, fue el encargado de cerrar el cuarto día de la 13ª Feria del Libro de Tomares, hoy ha sido la Finalista del Premio Planeta 2021, Paloma Sánchez Garnica, por su novela Últimos días en Berlín, la encargada de poner el broche a la intensa jornada de Feria que se ha vivido hoy en Tomares, con gran lleno de público.

La Finalista del Premio Planeta 2021, Paloma Sánchez Garnica, que se ha confirmado como una de las autoras de referencia del panorama literario español y con mayor número de lectores en nuestro país, con éste su último libro, Últimos días en Berlín, ha explicado al público que sus novelas “no son históricas. La grandeza de la literatura es que nos explica la historia a través de la intrahistoria, a través de las historias pequeñas de la gente corriente. Las novelas históricas son las que eligen un acontecimiento o  personaje histórico y alrededor del cual ficcionan. En mi caso no es así, en mi caso hay una época en la que se mueven unos personajes corrientes con vidas corrientes, que viven condicionados por unas leyes, prejuicios y costumbres determinadas que en cada época son distintos, y que les obligan a actuar de acuerdo con su entorno”.

La novela, que le ha llevado un amplio trabajo de investigación y documentación, según ha comentado, retrata los extremismos políticos en la época convulsa de la primera mitad del siglo pasado. Una historia de amor y guerra a través de la cual el lector revivirá, a través de sus personajes, los difíciles años 30 en Berlín.  “La grandeza de la literatura y de la lectura es te obliga a empatizar y a ponerte en el lugar y en las circunstancias de los personajes, a ver qué haríamos nosotros en su lugar”.

Como dice Eduardo Mendoza, “’yo escribo para aprender’, una frase que hago mía. Para mí, la escritura es algo pausado, una forma de entender, de analizar, de comprender y de asentar todo ese fondo de documentación que manejo de forma un poco caótica, con cuatro o cinco libros a la vez, a la hora de escribir mis novelas. Como licenciada en Geografía e Historia, conozco la historia a través de los distintos acontecimientos (revolución rusa, Lenin, Stalin, Hitler, el Holocausto…), pero con la escritura he bajado a la calle y la he pisado, me he metido en un portal, me he metido en la intrahistoria, como decía Unamuno, en esa sociedad que nace, que sueña, vive, trabaja, llora, ríe y muere, y que sus actos influyen en su ámbito privado. Y eso es lo que nos muestra la literatura. Yo con la escritura o con la lectura, camino por esas calles, la cual es la base de la historia, de los acontecimientos históricos que influyen para bien o para mal en la vida de generaciones”.

Sánchez-Garnica ha finalizado su intervención haciendo alusión a como aborda el proceso creativo a la hora de escribir sus novelas. “Yo, a través de mi escritura, soy el instrumento a través del cual mis personajes cuentan su historia. Mi planteamiento de trabajo es totalmente opuesto a de los chicos Carmen Mola, que como guionistas que son, cuando ya lo tienen todo perfectamente estructurado, se ponen a escribir. Yo no, yo empiezo a leer, tengo un palpito, unas nebulosas en la cabeza, y de repente hay algo que me impulsa a escribir y es como si tuviera un libro, que empiezo a leer. Yo me dejo llevar, soy muy disciplinada, constante, esto es un oficio, me gusta alejarme de todos y de todo, y lo que hago es escuchar a los personajes, que éstos me hablen. No me planteo ni argumentos, ni esquemas, se cómo empiezo pero no sé cómo van a terminar mis novelas. Voy haciendo camino en la medida que voy avanzando hasta que llego al final. Hay escenas fuertes que llegan incluso a emocionarme”.

“No hay dos lecturas iguales. Cada lector hace suyo los personajes de mis novelas, en función de su mochila personal, vivencias, experiencias”.

 

 

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