El Ayuntamiento de Tomares ha regenerado Los Jardines del Conde, con la resiembra de césped y la plantación de nuevos árboles y plantas, para que los vecinos puedan seguir disfrutando de este histórico parque en pleno corazón de Tomares.

Los Jardines del Conde pertenecen a la antigua Hacienda de Santa Ana, sede del Consistorio tomareño, edificio de gran interés histórico y patrimonial construido en el siglo XVIII por el Conde Duque de Olivares, de quien recibe su nombre.

Los trabajos que el Ayuntamiento ha llevado a cabo en este céntrico parque de la localidad han consistido en la resiembra con nuevo césped para regenerar toda la extensa pradera natural que cubre el parque, y en la mejora de la jardinería con la plantación de nuevas especies vegetales y nuevos árboles.

En concreto, se han plantado en el parque dos algarrobos (ceratonia siliqua) y dos cedros del Líbano, así como varias especies vegetales: dos cycas revoluta, planta oriunda del sur de Japón, y cuatro Chamaerops humilis, conocida como palmito o palmera enana, nativa de la Europa meridional y norte de África.

También se ha ajardinado la zona final del parque pegada al muro, cuya superficie se ha cubierto de grava volcánica y se ha instalado un sistema de drenaje. En ella se han plantado dos dragos (típico de las islas Canarias y oeste de marruecos), 60 unidades de Aloe arborescens, y 28 de kniphofia uvaria, comúnmente conocidas por sus brillantes flores amarillas y rojas en forma de cohete.

Los trabajos también han incluido la poda de todos los elementos del parque, la limpieza de la yedra del muro perimetral, la retirada de seis tocones de palmeras, y el vaciado y limpieza de los escombros de la fuente.

Una actuación que permitirá a este emblemático parque de la antigua Hacienda de Santa Ana, recuperar su máximo esplendor para que siga siendo uno de los principales puntos de encuentro de los vecinos del municipio.

Este parque, de 7.123 m2, está recorrido por caminos de albero sombreados por olmos, aligustres, higueras, algarrobos y árboles botella. También cuenta con un frondoso almez en el centro del espacio rodeado de un banco circular en su base para el descanso de los vecinos, pinos resineros de gran altura, jacarandas, un laurel de Indias, una Araucaria de Chile y cipreses. En él también crecen otras plantas características de las haciendas sevillanas que aportan color con sus flores como buganvillas, rosales y jazmines de primavera.