Con emoción y nerviosismo pero sin lágrimas. Así ha comenzado hoy el nuevo curso en las Guarderías Municipales, en las que este año los más pequeños del municipio combinarán el aprendizaje con la diversión a lo largo de nueve intensos y constructivos meses.

Sonrientes y divertidos, de la mano de sus padres y madres, los pequeños llegaban esta mañana a la primera sesión del periodo adaptativo, que se prolongará durante toda esta semana, con el objetivo de hacerles más fácil la vuelta a las clases tras el largo verano.

Las escuelas de educación infantil abren las puertas de sus aulas matinales a las 7:30 de la mañana, para conciliar la vida laboral de los padres más madrugadores, aunque no es hasta las 9:00 cuando dan comienzo las actividades curriculares, que se prolongan hasta las 12:30 horas. Sobre las 13.00, el alumnado puede comenzar a abandonar el centro mientras se inicia el servicio de comedor para los que aún deben permanecer en él algún tiempo más. Para ellos se habilita un aula de descanso que permanece abierta de 14:30 a 17:00, hora límite para la finalización de la jornada.

“Recogemos muchos mocos, lágrimas, gritos, caídas… Pero hay algo que poc@s recogen en su trabajo: amor del bueno”, reza un cartel a la entrada de la Guardería Municipal. Con esta certeza, profesores y alumnos se han reencontrado en esta calurosa mañana de septiembre para sentar las bases de un nuevo curso lleno de emociones y de conocimientos por descubrir.