Un libro que contagiará de emoción a todo aquel que quiera adentrarse en la Semana de Pasión y que entusiasmará a todos los cofrades, quienes se verán reflejados en las vivencias que asoman en cada una de sus páginas.

Recuerdos, momentos y emociones que quedan plasmados en este libro, en el que el autor despliega sus sentimientos más íntimos tocando la fibra más sensible del lector, y que bebe de las ensoñaciones de Gustavo Adolfo Bécquer, su poeta de referencia para crear una conexión entre lo humano y lo divino. 

Su ópera prima es una exaltación a la ciudad de sus sueños, Sevilla, y a la Semana Santa. Pero sobre todo, según destaca Faustino Rodríguez, es “una exaltación sobre el amor en sus más diversas acepciones: el amor entre hombre y mujer, padres e hijos, amor entre amigos, entre hermanos, o ese otro amor que se desprende al tallar una imagen, al hacer una composición musical, un bordado, cincelar el oro o la plata o incluso al volcar la cera, ese amor que es capaz de provocar los mayores sentimientos llegando a despertar en muchos de nosotros la capacidad para emocionarnos. Es lo que sucede al ver la cara de Cristo expresando un dolor infinito acompañado de una dulce resignación, mientras carga con el peso de la  cruz o ese Cristo en sus últimos momentos en el madero pronunciando esas cortas siete palabras…”. 

Presentado por Ángeles González Godoy como “un escritor de pluma ágil y amena, hombre de fe, de carácter dinámico y disciplinado, y con una gran dimensión humana”, Faustino Rodríguez, explica que Costalero de Sevilla “es una novela de ficción de estilo costumbrista, en la que un grupo de amigos costaleros de la Semana Santa sevillana, cuentan sus aventuras y sus más sensibles vivencias en relación con esta grandiosa y universal fiesta del pueblo de Sevilla”.  

Un relato de 16 capítulos, a través de los cuales el autor intenta hacer una reconstrucción y un recorrido histórico, buscando en sus más profundas raíces y en la Sevilla de los siglos XVI y XVII, el origen o la forma en cómo se empezaron a llevar los primeros pasos en esta ciudad para conmemorar la Pasión de Cristo, teniendo en cuenta que el documento más antiguo donde aparece la figura del costalero está en los archivos de la Catedral de Sevilla y data de 1687. O cómo estos profesionales empezaron a llamarse ‘hermanos costaleros’ a finales del pasado siglo XX”, añade el autor. “Nada les turba ni les espanta a la hora de meterse bajo las trabajaderas, porque orgullosos todos y cada uno de ellos se encomiendan a una y muy importante labor o causa común…Tener el inmenso honor de ser Costalero de Sevilla”.

Faustino Rodríguez, que aprovechó la ocasión para agradecer al Ayuntamiento de Tomares, a su concejala de Cultura, Mª Carmen  Ortiz, y a un gran números de amigos, el haber podido presentar su novela en la Feria del Libro de Tomares , deleitó al público en el Auditorio Municipal con una presentación plagada de sentimiento, en la que también estuvo presente su nieto pequeño y no faltó la música de las marchas procesionales.