La Hermandad del Rocío de Tomares coronaba ayer su camino de regreso desde la aldea almonteña pasadas las 20:00 horas, cuando la comitiva alcanzaba la rotonda “El Zaudín y Puerta de la Marisma”, lugar en el que se ubica el monumento a la paloma que señala el km 0 del Camino del Camino de Villamanrique.

Los romeros, todavía con la emoción a flor de piel, entraban en el municipio arropados por los vecinos, que les ofrecieron una cálida bienvenida tras su duro peregrinar por los caminos. El Hermano Mayor, Hipólito Jiménez Ollega, encabezaba la marcha muy satisfecho por las experiencias vividas este año, en el que las buenas temperaturas y la ausencia de lluvias, han permitido que todo discurra de manera más fácil y ordenada.  

Pasadas las 23:30 horas, y después de recorrer la zona de Las Almenas, Peralta y las principales calles del centro histórico de Tomares, el Simpecado, que ha llevado prendido en todo momento el fajín donado por el General de Brigada Manuel Contreras en el 25 aniversario de la hermandad, entraba en la Iglesia de Nuestra Señora de Belén, dando así por finalizado el Camino del Rocío de este 2019.