Cristina Campos e Ignacio Martínez de Pisón cerraron la tercera jornada de la Feria del Libro de Tomares hablando de sus últimas obras, Historias de mujeres casadas y Castillo de fuego, respectivamente.

La finalista del Premio Planeta describió su libro como “una historia de mujeres casadas que habla del deseo femenino, del amor, de la fidelidad y de la familia. Mujeres independientes, blancas, europeas y privilegiadas, que no dependen económicamente de sus maridos y lo que les coarta la libertad son sus hijos".

La autora, que triunfó con su primera novela Pan de limón con semillas de amapola, cree que "las mujeres se sienten identificadas con la historia que cuento, por eso está funcionando. Abordo la complejidad del deseo y el placer femenino. Un deseo que se va desvaneciendo con el tiempo, lo que no significa que la relación con tu marido sea maravillosa, aunque sí distinta. Somos más infieles psíquicamente que de manera física".

Campos, que adelantó que está inmersa en la creación, Historias de hombres casados, aseguró que su novela no es "feminista, aunque hable de la intimidad de la mujer".

Ignacio Martínez de Pisón

“El día que acabó la Guerra Civil no significó el fin del conflicto”, afirma Ignacio Martínez de Pisón, que en su última novela, Castillos de fuego, aborda los duros años posteriores del fin de la Guerra Civil española. “La posguerra de los primeros años fue un tiempo atroz, en el que el miedo casi arrasa con la esperanza. Los 6 años posteriores a la Guerra Civil española no ha llamado la atención de tantos escritores y, sin embargo, son los años más atroces de la historia de España en tiempos de paz".

“Una época de reconstrucción en la que la guerra sólo ha acabado para algunos", afirma el escritor aragonés, que ambienta su novela en el devastado Madrid de 1939 a 1945, “en el que conviven la España rica de los vencedores con la España pobre que malvive en chabolas y pasa penalidades".

Una novela realista, heredera de los relatos costumbristas "sobre todo de Galdós, en la que mis personajes no juzgan, no imparten justicia ni ajustan cuentas con el pasado. Eso lo dejo a juicio de los lectores“, confiesa el autor de libros tan celebrados por crítica y público como La buena reputación, El día de mañana o Dientes de leche. Mi