Tomares ha vivido un gran Jueves Santo. Los tomareños se echaron a la calle el pasado 6 de abril para acompañar a su Cristo de la Vera-Cruz y a la Virgen Ntra. Sra. de los Dolores. Un día muy esperado en el que desde primeras horas de la mañana numerosos vecinos, devotos y cofrades se acercaron al templo para visitar a sus titulares. A las 17:30 horas, la Cruz de Guía asomaba por la puerta de la Parroquia Ntra. Sra. de Belén, donde una gran muchedumbre aguardaba con emoción la salida de la cofradía de la Hdad Sacramental.

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Luciendo en todo su esplendor tras los trabajos de restauración y conservación llevados a cabo por el prestigioso restaurador Francisco Arquillo, vecino de Tomares, volvían a salir al reencuentro con los tomareños, primero, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz y a continuación, la Virgen Ntra. Sra. de los Dolores.

El cortejo formando por más de 200 nazarenos, contó con la presencia del alcalde de Tomares, José María Soriano, de la concejala de Festejos y Cultura, Mª Carmen Ortiz, el Inspector Jefe de la Policía Local, Emilio Gallego, el párroco Fernando Emilio Borrego, la Hermana Mayor de la Hdad. del Rocío, Paqui de la Torre de los Reyes, y el Hermano Mayor de la Hdad. Sacramental, Joaquín José Manzano Vega, que ejerció las funciones de auxiliar de capataz junto a su padre Joaquín Manzano Sánchez, capataz general, y a su tío, José Manzano Sánchez, auxiliar también.

Una gran salida procesional que estuvo llena de emotivos momentos como los vividos a la salida, donde la gran cantaora Joana Jiménez le dedicó unas saetas al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, que este año iba acompañado por la Agrupación Musical Sentencia de Jerez, y a la Virgen Ntra. Sra. de los Dolores que, de nuevo, iba seguida por la Banda Municipal del Cristo del Perdón de San José de La Rinconada.

También quedará para el recuerdo el paso de la cofradía por las estrechas calles Cristo de la Vera-Cruz y Colón, donde la Virgen fue recibida con una gran petalada, a su paso por la calle Tomás Ybarra, donde Joaquín Pavón y Mariel La Chispa, desde la Peña Bética, emocionaban a los vecinos dedicándole unas saetas al Cristo y a la Virgen; o a la llegada al Ayuntamiento donde la corporación municipal realizó una ofrenda floral a la Virgen y Joaquín Pavón volvió a derrochar toda su pasión para cantarle a los titulares.