Se nota ya en el ambiente rociero que faltan tan sólo 35 días para el Lunes de Pentecostés y 29 para que la Hermandad del Rocío de Tomares emprenda el camino hacia la aldea almonteña para encontrarse con la Virgen del Rocío.

La semana rociera empezó con el Triduo, que durante el 7, 8 y 9 se celebró en la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, a lo que le siguió el Santo Rosario en el que el Simpecado recorrió las calles del centro de Tomares acompañado por los hermanos rocieros de la hermandad.

Otros dos momentos muy esperados se vivieron en pleno fin de semana. El primero el sábado, en el Auditorio Municipal Rafael de León, con el pregón, el segundo, el domingo, con la Función Principal.

El pregonero de este año ha sido José Gámez Martín, que fue presentado por Juan Manuel García. Gámez Martín hizo un recorrido histórico de la devoción a la Virgen del Rocío, que surgiría, según explicó, muy probablemente en el siglo XIII, en tiempos de San Fernando, una Virgen que al principio era conocida como de los Remedios y que adoptaría su nombre actual a partir del siglo XVI o XVII, cuando en medio de una sequía, fue sacada en procesión para pedirle que trajera lluvia, y se lo concedió a los vecinos.

Por último, los actos del Rocío de esta semana se cerraron el domingo en la Parroquia de Nuestra Señora de Belén con la Función Principal, en la que se produjo el juramento de las reglas e imposición de medallas a los nuevos hermanos.