EL PINTOR Y ESCULTOR FCO. MARKÉS DEBUTA EN EL MUNDO EDITORIAL CON “LA DAMA DEL ZAUDÍN”
Agotar la primera edición de una obra sin haberla presentado aún en sociedad supone para el aficionado a las letras toda una reconciliación con el convulso mundo editorial. El polifacético artista Fco. Markés lo ha conseguido con “La dama del Zaudín”, 92 páginas en las que ficción y realidad se funden para hacer regresar al lector a los años en los que el Aljarafe sevillano se llamaba Osset, en torno al siglo III antes de cristo.
“He sustentado el relato en hechos históricos y en tradiciones y dichos populares tomareños, de manera que aunque la trama principal no sea real, el libro contiene mucha verdad, y lo he hecho con el objetivo de acercar el pasado a los vecinos, especialmente a los niños. En este municipio existen muchos vestigios de otras épocas, pero no hay una constatación documental de su historia hasta el siglo XVIII. Yo he querido reconstruir toda la etapa anterior”, asegura su autor.
Engendrador de arte
“La Dama del Zaudín” narra la historia de una madre cuyos hijos desaparecen sin dejar rastro y que, tras años de desesperada búsqueda por la zona del Zaudín, se convierte en protectora del pueblo de Tomares y de sus habitantes. Una pseudodiosa misteriosa y telúrica que ya tenía rostro antes de que el libro comenzara siquiera a perfilarse, y es que la imaginación de Fco. Markés, puesta de manifiesto con anterioridad en su obra pictórica y escultórica, había alumbrado una misteriosa imagen que, sin saberlo, daría lugar a su ópera prima literaria.
“Un amigo apareció un día por mi estudio con una máscara de porcelana y empecé a pensar en qué podía hacer con ella. Le coloqué unos ojos de cristal y comencé a dar forma a una escultura que se completó con un trozo de cedro. Era tan llamativa que todo el que la veía me preguntaba por su origen, y así se me ocurrió la leyenda”, aclara este creador multidisciplinar.
El mes de septiembre acogerá la presentación del libro y de la dama protagonista de sus páginas, que Markés espera “que descanse para siempre en el aula de la naturaleza del Zaudín, donde todo el mundo pueda disfrutar de ella y transmitir de generación en generación su historia”.
Mientras, este artista autodidacta, que vuelca sus sentimientos en el lienzo haciendo del expresionismo su lenguaje y que concede una nueva vida a los materiales metálicos reciclándolos en forma de obras de arte, seguirá soñando con que su dama se convierta en un reclamo de los fascinantes secretos que aún esconde la historia de Tomares.