Grandes y pequeños hacían ayer cola para mirar a través de los telescopios dispuestos por la asociación Astromares en el Parque Olivar del Zaudín. A las 22:02 comenzaba el eclipse parcial de Luna que congregó a unas 800 personas en este espacio de Tomares, según los organizadores. Las buenas condiciones atmosféricas permitieron una observación perfecta no sólo de este fenómeno, que no se repetirá hasta 2023, sino también de los planetas Júpiter y Saturno. Así, en un ambiente silencioso y sin más luz que la de la Luna, que por momentos opacaba parcialmente la sombra de la Tierra, y la de alguna linterna, pasaron parte de la noche los asistentes, con bocadillos, bebidas frías, mantas sobre el suelo y  hamacas.

Los voluntarios de Astromares ofrecieron sus explicaciones expertas y  sus telescopios para que cualquiera que quisiera pudiera ver con detalle el eclipse y los cuerpos celestes. Y para ello aguardaban pacientemente turno los vecinos el día en el que justo se cumplían cincuenta años desde que el Apolo XI, con Armstrong, Aldrin y Collins abordo, despegara de Cabo Cañaveral rumbo al satélite. La Luna siempre presente en la mirada y los anhelos del ser humano.

Astromares, una asociación creada en 2012 para difundir el conocimiento y la afición por la Astronomía, ya prepara su siguiente actividad después del éxito de esta. Será un encuentro en torno al 10 de agosto para observar las Perseidas. Será gratuita y abierta a todos y se celebrará en el pueblo serrano de El Ronquillo, con unas condiciones ideales para ver la lluvia de estrellas.