Los vecinos de Tomares pudieron disfrutar ayer del paso procesional de la Cruz de Santa Eufemia, una tradición que esta zona del municipio había perdido hace quince años y que ahora regresa con fuerzas renovadas gracias a un grupo de jóvenes entusiastas, amantes de las cofradías, que han tomado el relevo en esta singular manifestación religiosa.

La cuadrilla, formada por 14 costaleros, paseó con orgullo la Cruz siguiendo las instrucciones de su capataz, José Francisco González Abascal, que comandó un cortejo arropado por las notas de la Banda de Cornetas y tambores del Amor de Cristo de San Juan de Aznalfarache.

“Ha sido una experiencia fantástica, me siento muy satisfecho con el trabajo de la cuadrilla y de mis auxiliares y estamos muy agradecidos a todos los que han hecho posible esta salida, como a Manuel Peña Márquez, que nos ha prestado el paso o a la Hermandad del Santo Entierro de Castilleja de la Cuesta, propietaria del llamador”, asegura el capataz.

La Cruz de Santa Eufemia, que llevó a cabo su estación gloriosa entre las 19:30 y las 23:00 horas, tiene previsto el estreno de un paso propio para el año que viene, dando continuidad a una ilusión que se difuminó en el tiempo y que ha vuelto a impregnar de aromas cofrades las calles de su barrio.