Va a cumplir dieciocho años y lleva doce consagrada a las notas que salen de su arpa, el  instrumento que, dice, le “da la vida” y es la forma en la que mejor expresa sus emociones. Esta férrea convicción le ha permitido triunfar en diferentes certámenes de música, el último de ellos, el Concurso Nacional Arpaplus, en el que ha obtenido el segundo premio, incrementando así el listado de éxitos alcanzados en esta competición en los últimos once años.

Belén García es pura pasión. Lo saben bien las 47 cuerdas del instrumento que sus padres trajeron desde la ciudad alemana de Colonia para sustituir al arpa céltica con la que la tomareña dio sus primeros en la música. Con apenas seis años ya tenía claro que su futuro discurriría entre conservatorios y clases de verano en el extranjero y su familia hizo piña en torno a esa vocación temprana que comenzó a tomar forma en la Escuela Albéniz de Tomares.

“A partir de ahí, poco a poco, la música se ha convertido en la pasión de toda la familia –asegura la arpista– y sin ellos, hubiera sido imposible llegar hasta aquí. Me han acompañado en todos los viajes que mi formación ha requerido, convirtiéndolos en sus vacaciones, y me ayudan a transportar el arpa cuando es necesario. Estoy orgullosa de ellos y me siento muy agradecida”.

A punto de terminar ciclo en el Conservatorio de Sanlúcar La Mayor para comenzar sus estudios superiores en el Conservatorio de Sevilla, Belén sueña con tocar algún día en una orquesta, “ese sería mi trabajo ideal. El año pasado trabajé por primera vez de forma remunerada en Huelva y fue tan gratificante, tan mágico… El sentimiento de formar parte de algo tan grande es indescriptible”.

La Orquesta Joven de Andalucía y la Baremboinm Said son algunas de las formaciones que ya conocen el buen hacer de esta tomareña  que actualmente es miembro de la Orquesta Filarmonía de Sevilla, en la que está forjando un futuro con constancia, dedicación, compromiso y, sobre todo, mucho amor.