Tomares vivió la pasada semana uno de los momentos más esperados por los vecinos de la localidad: la salida procesional de la Hermandad Sacramental. Las buenas temperaturas registradas este Jueves Santo, unidas a la indiscutible belleza de la procesión tomareña, hicieron que cientos de personas se agolparan a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén para presenciar la salida del cortejo cofrade y disfrutar de su paso por las calles de la localidad.

El primer gran momento se vivió, precisamente, a la salida, cuando la cantaora onubense Argentina derrochó toda su pasión en el cante por saeta que, desde el balcón frente a la iglesia, dedicó a los titulares de la hermandad. El público emocionado agradeció con una gran ovación la entrega de la intérprete, que con su arte, inauguró esta gloriosa tarde en el municipio.

Unos 200 nazarenos acompañaron a la procesión en su estación de penitencia, la última para el actual Hermano Mayor Francisco Javier Rueda Maguillo y su Junta de Gobierno, que vivieron esta jornada con especial emoción ya que, en junio, cesarán en sus funciones para que comience una nueva etapa en la corporación.

La cofradía estrenaba este año los ocho guardabrisas que rodean la canastilla del paso de Cristo, en caoba, plata y cristal italiano, obra de Orfebrería San Juan, donado íntegramente por ocho familias de Tomares y todos los varales del paso de palio que han sido arreglados y puestos a punto por Orfebrería San Juan, y sufragados por un devoto anónimo. La Virgen de los Dolores lucía también como novedad el cirio de “Lágrimas de vida”, en honor a los donantes de órganos y sangre, obra del orfebre y escultor Fernando del Toro.

Al igual que el año pasado, el Cristo de la Vera Cruz volvió a ir acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación de San Benito, y la Virgen de los Dolores por la Banda Municipal del Cristo del Perdón, de La Rinconada, que interpretó, entre otras, la marcha procesional “Nuestra Señora de los Dolores” creada en especial para la Virgen por el vecino y compositor, Pedro Vicedo, el año pasado.

Bien entrada la tarde, llegaba otro de los instantes más esperados, cuando nuevamente la saeta se hizo protagonista, esta vez en la garganta de Joaquín Pavón. El tomareño dedicó unas sentidas letras al Cristo de la Vera Cruz y a Nuestra Señora de los Dolores, que cautivaron los corazones de los presentes al paso de la cofradía por el consistorio

Con puntualidad británica, hacia la una de la mañana, la Hermandad completó una estación de penitencia caracterizada por la gran afluencia de público que se mantuvo durante todo el recorrido, lo que se tradujo en un bonito ambiente festivo en las calles en los establecimientos hosteleros del municipio, lo que reafirma el acierto que ha supuesto el cambio de horario de la cofradía que, hasta el 2014, procesionaba durante la madrugada.