A poco más de veinte días del inicio de la Semana Santa, son muchas las actividades cofrades que copan la agenda sevillana. Tras el éxito obtenido el año pasado con la I Exaltación Literaria Cofrade, el Club Zaudín Golf no ha querido defraudar a los amantes de la semana de pasión y anoche celebró la segunda edición del evento, que contó con la presencia de cuatro de los pregoneros más populares de cuantos han ocupado el atril de Sevilla y con la de quien ostentará ese honor en apenas dos semanas.

José María Rubio Rubio (pregonero en 1991), Antonio Moreno Andrade (pregonero en 1992), Juan Carlos Heras Sánchez (pregonero en 1998) y Alberto García Reyes (pregonero en 2017), compartieron con los presentes sus experiencias sobre el proceso de creación y posterior lectura de una de las composiciones literarias de temática religiosa preferidas por los sevillanos. Además, infundieron ánimos y no escatimaron consejos para el pregonero de este año, José Ignacio Del Rey Tirado,  que ocupará su lugar en el Maestranza el próximo día 18 de marzo.

“Ustedes se lo estarán pasando muy bien, pero yo me estoy poniendo muy malo”, bromeó Del Rey. “Siempre me han gustado mucho los pregones y para mí, desde septiembre todo es pregón. Primero perfilé el esquema y luego he ido haciendo el camino de la escritura. Lo he escrito como espectador, pensando en lo que a mí me gustaría escuchar”, aseguró el pregonero de este 2018.

El peso de la responsabilidad

Si en algo coincidieron los participantes en la II Exaltación Literaria Cofrade fue en el sentimiento de enorme responsabilidad que se experimenta al recibir un encargo de tal envergadura. Para Alberto García Reyes eso se tradujo en “verdadero susto, pero a la vez en un orgullo, porque pregonar la Semana Santa es algo con lo que todo sevillano ha soñado alguna vez”.

Juan Carlos Heras fue más allá, “en mi caso yo no sentí miedo, sentí pánico. Aunque pensé que era un auténtico privilegiado y aprendí muchísimo a fuerza de ver tantas imágenes y de hablar con tantos hermanos cofrades”.

Para Antonio Moreno Andrade, “el pregón marca. Es una de las cosas más importantes que me han pasado en mi vida, a pesar de que lo viví con gran angustia porque para mí fue un poco prematuro. Llevaba sólo 9 años en Sevilla. Intenté hacer un pregón fiel a lo que sentía”.

En opinión de José María Rubio Rubio, “lo peor es la obsesión de que no vas a tener material suficiente y luego, una vez que te pones a escribir, no sabes qué quitar. Yo tuve la suerte de vacunarme cinco años antes con La Gloria”

Los intervinientes hablaron, además, de las dificultades para encontrar tiempo para la escritura, dedicando cualquier minuto libre a la composición de la obra, restando horas a la familia y a los amigos, volcándose plenamente en un proyecto en el que, según Antonio Moreno Andrade, “todo lo que está escrito es compromiso para siempre”.

También hubo espacio para la anécdota, como la protagonizada, días antes de la gran cita, por Juan Carlos Heras Sánchez al perder el documento original, “fue un fin de semana horrible. Afortunadamente, lo encontró un señor del bar La Tertulia y me lo devolvieron. Soy un gran despistado”.

Tras la charla, la Orquesta Cordofonia, del grupo CordoPhonia PyP, fue la encargada de cerrar el acto con los sonidos propios de la Semana Santa. Acordes de pasión que muy pronto llenarán las calles de Sevilla.