Una tradición que nació hace 25 años, en 1992, con el objetivo de recaudar fondos para arreglar y ayudar a conservar los enseres de la Hermandad, de la mano de tres vecinas de Tomares, hermanas de la Hermandad Sacramental, Carmen de la Rosa García, ya fallecida, Amparo Casado Mora y Carmen Rueda Maguillo, estas dos últimas camareras de la Virgen Ntra. Sra. de los Dolores de Tomares desde hace más de 20 años.

Con el tiempo, lo que empezó siendo una idea espontánea de estas mujeres para poder arreglar los respiraderos del paso de palio de la Virgen Ntra. Sra. de los Dolores, los candelabros de cola, hacer un palio nuevo o restaurar la imagen del Cristo de la Vera Cruz a cargo del reconocido restaurador Francisco Arquillo, creció tanto que se ha convertido en una de las tradiciones más arraigadas y populares de Tomares y en una de las principales señas de identidad del municipio cuando llega el verano.

Una tradición que primero comenzó celebrándose en una esquina de la Plaza de la Constitución justo al lado del arco de entrada. Luego se trasladó a la antigua Caseta Municipal, lugar donde está ubicado hoy día el Auditorio Municipal Rafael de León, y más tarde al acogedor patio de la Torre de Montefuerte, sede de la Biblioteca Municipal, en la calle Navarro Caro, s/n, donde se ha mantenido con gran éxito hasta hoy.

El acto, que estuvo presidido por el Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental, Francisco Javier Rueda Maguillo, y el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Tomares, Nicolás Borreguero, consistió en el descubrimiento de un azulejo conmemorativo justo a la entrada del Patio de la Torre de Montefuerte, en recuerdo y agradecimiento de todas las mujeres que han trabajado para la Sacramental en estos 25 años, y en concreto, a las que crearon y han mantenido la tradición de las pavías “por colaborar desinteresadamente y engrandecer más la historia de la Hermandad”.

Homenaje póstumo

Algunas de esas valiosas mujeres ya no están, pero siguen en el recuerdo de todos por su buen hacer, de ahí que durante el acto también recibieran un homenaje póstumo las vecinas Carmen de la Rosa García, una de las fundadoras de las pavías, y Manuela “la niña Sofía”, a quien se le debe la fórmula secreta de tan delicioso manjar que atrae cada verano a miles de vecinos y visitantes de Sevilla y otros municipios.

Y es que si hay algo que convierte a Tomares en cita obligada en la agenda gastronómica de la provincia cuando llega el verano, son estas famosas y exquisitas pavías que se sirven bajo el cielo estrellado en el agradable marco del patio de la Torre de Montefuerte, transformado en una acogedora terraza de verano, todas las noches de los sábados y domingos de julio y agosto, a partir de las 21:00 horas.

Un precioso escenario donde poder disfrutar en compañía de la familia y amigos de las exquisitas pavías de merluza o bacalao y de otras suculentas tapas cocinadas artesanalmente también por las mujeres de la Hermandad Sacramental a precios muy económicos como son la pringá, los pepitos de gambas o las ensaladillas caseras. Una carta que se completa con los postres caseros elaborados por el grupo joven de la Hermandad, así como con las especialidades culinarias de todo el que quiera colaborar por una buena causa, ya que la Hermandad Sacramental destina todo lo recaudado con las pavías a su obra social de ayuda a los desfavorecidos.

Sin duda, una gran oportunidad más de ocio de la que disfrutar de Tomares los fines de semana, mientras se colabora con una causa solidaria.